La Tormenta

La tormenta anuncia un tiempo de profunda activación y transformación, cambiando cada nivel del ser, aún las estructuras básicas de su vida.

Prepararse para pasar por lo que parece una barrera imposible, donde los intensos sentimientos generados serán el combustible que nos movilizará y nos hará atravesarla, accediendo a nuestro potencial oculto.

Esta esencia trae libertad de asumir cualquier rol, en cualquier momento, sin apegos, y sin apoyarnos en los demás, despojándonos de viejos patrones y esquemas, o expectativas, purificando y activándose tu cuerpo de luz.

Es el momento de concretar la transformación.

Tendremos movimientos muy fuertes, dejaremos atrás lo que ya no resulte para concretar los propios cambios. Y hay que cambiar, sin miedo, con intrepidez, teniendo en cuenta siempre como objetivo, en tu cabeza y tu corazón, que estás en un camino de evolución, y que toda situación a la que te enfrentes, la has convocado tu mismo para crecer. Puedes dar vuelta las cosas sin miedo.

La tormenta es rápida, fuerte, transforma todo lo que encuentra a su paso, cataliza las emociones, limpia, saca la oscuridad. Te hace entrar en lo desconocido, y te permite emerger en un estado distinto, renovada, para dar comienzo a un nuevo ciclo.

Después de la tormenta viene la claridad. La tormenta trae la lluvia necesaria para el crecimiento de las plantas, pero a veces una tormenta puede destruir una cosecha, hay que cuidar la propia energía para encontrar un equilibrio, y no llevarse todo por delante en el afán de transformar.

Podemos sentir inseguridad o pereza de tomar riesgos, no saber elegir, sentirnos un límite en el propio crecimiento, estar ansiosos sin motivo aparente, tener sentimientos de desesperanza y deseos de abandonarlo todo, son todos sentimientos naturales porque cada nivel del  ser se esta transformando, surgiendo cosas de muy adentro nuestro, limpiando los rincones escondidos. La  intensidad que se siente es la activación y purificación de este período de tormenta.

A veces la vida te puede parecer difícil e intensa deseando uno escaparse de ella, generando patrones de miedo o adicción. Al ser un período intenso de transformación la intensidad que se vive se puede utilizar para desafiar lo que hay en nuestra realidad, y eso hará que se descubra en cada uno un nuevo campo sagrado emergiendo de las cenizas, el verdadero Ser transformado.

Uno de los desafíos de estos días de tormenta es justamente auto valorarse, no por eso querer tener siempre la razón, no idealizar ni descalificarse y arriesgar!

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